6,102 km en la Ruta Maya. Parte I
- María G. White
- Jul 27, 2016
- 3 min read
Updated: Dec 15, 2018
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- Hola Gaby, regreso a Guate en 10 días, querés subir a San Cristobal (México) nos juntamos allá?
- Sí, llego allí con vos.
Muchos de mis amigos en Facebook, son viajeros asiduos de motocicleta así como lo soy yo.
Aprovechando el viaje de la ciudad de Guatemala a San Cristobal de las Casas, pensé que podía también adentrarme en la Cuna del Mundo Maya y visitar una que otra ruina en Guatemala, México y Belice. Así que planifiqué una ruta de 3,000 km y 12 ruinas mayas para hacer en mi moto DUKE 390.
- Cuantos días?
- Que se yo, los días que dure la vuelta!.
Puse llantas nuevas, cambié el aceite y filtros, ajusté las maletas, añadí un cargador de 5v y 12v a la moto y me aseguré de tener música en mi casco, esta comprobado que escuchar música aumenta tu performance en el deporte hasta en un 15%, mi mapa sería un screenshot en mi celular (que me robaron en el aeropuerto un día después de regresar del viaje) de la ruta trazada en google maps, he decidido viajar sin GPS y perderme de vez en cuando, me parece mas divertido preguntar sobre la ruta para relacionarme más con las personas.
Salí de casa con un beso de mi abuela directo en el cachete izquierdo del casco y el susurro de sus rezos pidiendo por mi pronto regreso a casa en una sola pieza.
Inicié por la ruta al Atlántico, la primera parada fue en Sun Dog en Río Dulce, saludar a los chicos del bar y esperar por mi cerveza frente al muelle del río es sumamente placentero. Me subí de nuevo a la moto y llegué al Remate justo a la hora perfecta para correr por el muelle y darme un largo chapuzón en el lago.... que maravilla !
Al día siguiente muy temprano después de limpiar la cadena de la moto, actividad que se convertiría en mi única rutina diaria durante los siguientes 20 días, visité las ruinas de Yaxhá; ciudad majestuosa del pueblo maya, subí al templo mayor para contemplar la laguna y el verde interminable del dosel de los árboles para viajar 2,000 años atrás e imaginar la vida de esa época. Luego crucé la frontera Guatemala-Belice y me dirijí a las ruinas de Xunantunich, para acceder a estas ruinas es necesario subir tu moto a un ferri anclado por una polea manual a un cable que va de extremo a extremo atravesando el río, estar en el ferri con mi moto me recordó mi quimera de viaje sobre el Atlántico en un pequeño bote cruzando desde el puerto de San Blás a Cartagena, algún día será!
Cansada y deshidratada por tanto calor y esfuerzo físico por subir cientos de gradas de las pirámides empacada en en protectores plásticos y cuero, llego finalmente al hostal en San Ignacio. San Ignacio es un pequeño y colorido pueblo en Belice, con gente amigable que quedaron sorprendidos al ver a una chica en motocicleta con placa extranjera pasar por las calles con cara de perdida preguntando por algún hostal barato donde dormir. Antes de encontrar el hostal me encontré inesperadamente dentro de las instalaciones de un alegre bar llamado Bambú y un con insistente nuevo amigo de nombre Mihai, solicitando jalón en la moto para la siguiente ruina, El Caracol !
Fueron dos intentos para llegar al Caracol, Intento 1: el camino es de terracería y largo y bajo el inclemente sol con un pasajero atrás, tortuoso!, cuando llegamos a la ultima estación militar donde los visitantes se reportan, nos informaron que por el conflicto acontecido hacia algunas semanas en donde murió un niño Guatemalteco a manos de soldados Beliceños, el ingreso estaba restringido en un horario de 9:00 a 11:00 am. - Mihai !, tú pagas las cervezas esta noche. Intento 2: al siguiente día salí sola muy temprano a desayunar, minutos después mientras limpiaba la cadena de la moto me di cuenta que el tornillo de soporte del motor estaba flojo, los sonidos guturales y frases soezes que emití le hubiesen subido la presión a mi abuelita instantáneamente. Saqué mis herramientas, quite el tornillo, pedí jalón a un cartero motorista que paso por allí y me fuí a buscar la rosca para el tornillo, felizmente en el taller de Tirso Gálvez en menos de tres minutos solucione el asunto y además conseguí un linda foto. Regrese a mi moto, coloqué el tornillo y antes de las 9:30 am estaba rumbo a El Caracol ! aceleré todo lo que pude acelerar manteniendo un rendimiento del 85% dejando el otro 15% para cualquier super mega hoyo, curvas con mucha tierra suelta o algún vehículo que viniera muy rápido en dirección contraria (que nunca encontré, ni en dirección contraria ni en la misma que yo), el calor era intenso y el camino no tan fácil pero la satisfacción de llegar a El Caracol y tener las pirámides solo para mí valió todos los contratiempos. Al regreso a San Ignacio y con mucha calma estacione la moto a la orilla de unas lagunas y dentro de ellas me dí tiempo para disfrutar la satisfacción que sentía por haber llegado a mi destino.
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